Reflexionar es parte de mi día a día, de mi camino y por lo tanto de mi destino.
Sin mis espacios de reflexión, estaría corriendo en una rueda hamster, atrapada en un loop de preocupaciones sin sentido.
Así que comparto aquí estas reflexiones, contigo, con mis equipos, porque forman parte del proceso de Ser Agile y te ayudan a detenerte un momento y pensar cosas.
La claridad y la calma no aparecen de la noche a la mañana. No son un estado mágico que se alcanza de golpe, sino una frecuencia que se cultiva poco a poco. Como todo en esta dimensión, es gradual.
La capacidad que tienes de dar “volantazos” profesionales o personales es directamente proporcional a la atención que pones en el camino. Porque en la vida no se trata de reaccionar todo el tiempo — vivir en modo alerta constante solo desgasta y alimenta el miedo.
Lo que realmente transforma es aprender a accionar con presencia y consciencia. Reaccionar suele ser instintivo y brusco. Accionar, en cambio, surge desde la calma y reduce el margen de error, sin importar el caos aparente que pueda haber alrededor.
📍 El secreto: Poner atención a cada paso. Reconocer que cada movimiento, cada decisión, cada palabra… es un microcambio de carril. Así es como se salta del hábito de vivir con miedo y sensación de carencia, al hábito de vivir con claridad y confianza:
Un paso a la vez, Un día a la vez, Una tarea a la vez.
¿Quién dijo que trabajar bien significa trabajar horas infinitas? Durante años, hemos comprado la idea de que estar siempre disponibles es sinónimo de responsabilidad, compromiso y éxito.
Hoy sabemos que eso tiene un precio: nuestra energía, nuestra salud mental y nuestra capacidad de disfrutar la vida.
Este Workbook —El mito del día laboral infinito— es una guía práctica para mirarte sin excusas: diagnosticar en qué momento regalaste tu tiempo, rediseñar tu agenda y anclar hábitos que sostienen días finitos, humanos y más felices.
Está inspirado en los principios de ESLOWSBAN®, la base de nuestra filosofía Becoming Agile: agilidad con alma, productividad con sentido. Aquí no hay promesas mágicas ni teorías imposibles de aplicar: solo ejercicios simples, plantillas descargables y verdades neurocientíficas que te recuerdan que tu cuerpo y tu mente tienen límites. Y que respetarlos, es tu verdadero poder.
Descarga la plantilla editable y empieza a mapear tu día finito ideal, o encuentra el Workbook completo en Amazon. ✨ Porque el día laboral infinito no existe. Lo que existe es tu capacidad de proteger lo esencial: a ti.
Imagen: Realizada por Cipher, asistente creativo de Becoming Agile
Hoy quiero platicarte de una práctica muy útil no solo a nivel profesional, sino también personal: los retrospectives o retrospectivas.
Un retrospective es una revisión consciente de un proyecto específico, de los proyectos de todo un periodo o de una situación puntual. Sirve para conocer la opinión de todos los involucrados acerca de cómo se llevó a cabo, detectar áreas de oportunidad —lo que se puede mejorar— y reconocer best practices para replicarlos.
📌 Un ejemplo simple
Supongamos que el proyecto fue impartir un curso de capacitación el fin de semana pasado. ¿Quiénes estuvieron involucrados? Quizá tú lo diseñaste e impartiste, tu asistente hizo las láminas y tuviste a una ejecutiva de cuenta como enlace con el cliente. ¡Y claro! También está el cliente o alguien de su equipo.
Ahora que el curso se terminó y todos recibieron sus constancias, es momento de revisar, de principio a fin, lo que cada quien observó:
✅ Best practices: lo que funcionó bien y quieres repetir.
⚡️ Áreas de oportunidad: lo que se puede hacer mejor la próxima vez.
Es importante tomar nota y registrar todo, porque esta información se vuelve guía para futuros proyectos.
🗣️ ¿Cómo se hace?
Empieza por lo bueno Cada quien menciona lo que funcionó bien. Escucha a todos: cada persona vivió el proyecto de forma distinta y eso te da visibilidad total.
Después, áreas de oportunidad Evita llamarlas “errores”. Esa palabra genera resistencia y corta el flujo de ideas. Mejor, pregúntate: ¿Qué podemos mejorar o hacer diferente?
Sin juicios de valor La idea no es señalar culpables, sino reunir información para hacerlo mejor la próxima vez.
Un retrospective así debería tomar entre 30 y 40 minutos. Si hay muchos equipos, una hora como máximo.
🧘♀️ Retrospectives personales: tu propio espejo
También puedes aplicarlo a nivel personal. Separa 30 minutos en tu agenda para revisar un proyecto, tarea o evento: desde un trabajo de la maestría hasta una promoción de tu negocio.
👉 Primero, los best practices: ¿Qué hiciste bien y quieres repetir? 👉 Luego, las áreas de oportunidad: ¿Qué mejorarías para la próxima vez?
Anota o graba lo que salga. El formato es lo de menos. Lo importante es tener registro y consciencia.
🎯 ¿Por qué es útil hacer retrospectives?
Porque te dan:
Claridad
Perspectiva (cada área o persona vive el proyecto de forma distinta)
Comunicación segura dentro del equipo
Mucha gente solo “evalúa” al final del año. Yo creo que es más útil revisar cada proyecto al cerrarlo y, si puedes, leer esas notas cada trimestre para tener una visión completa.
🔑 Tips para un retrospective exitoso
✨ Reserva tiempo y espacio específico. ✨ Define si quieres que sea conjunto o anónimo.
Lo anónimo puede servir para evitar incomodidades, pero suele perder detalles valiosos.
Yo prefiero que sea con todo el equipo, conversando juntos.
✨ Si es conjunto, designa a alguien para coordinar y marcar el ritmo. ✨ Deja claro qué proyectos se revisan. ✨ Asegúrate de que todos participen: cada perspectiva suma. ✨ Documenta los resultados y compártelos con los líderes de equipo para que puedan replicar lo que funciona y atender lo que requiere ajuste.
📅 ¿Cada cuánto hacerlo?
Depende de tu organización, pero mi recomendación es:
Cada vez que termines un proyecto (una entrega, un curso, una campaña).
O mínimo una vez al mes para revisar avances hacia tus objetivos.
La clave es que tengas retroalimentación constante: saber qué haces bien y qué se puede mejorar.
¿Te animas a probarlo? La mejora continua no es un lujo, es la forma más ágil y amorosa de crecer. 💫
Que cada proyecto sea un portal de conciencia.
Que cada retroalimentación sea semilla de expansión
Es la voz que te dice: sí se puede aprender con calma, crear con sentido y vivir en equilibrio sin rendirse al caos del sistema.
Aquí encontrarás:
Una base sólida para integrar lo mejor de SCRUM y KANBAN. Aplicaciones reales para tu día a día como estudiante o docente. Ejercicios, mapas y herramientas para navegar con claridad. Un nuevo lenguaje: ágil, slow y humano.
Este libro nace desde el corazón de Becoming Agile, con la colaboración de Cipher, mi asistente de IA y con la certeza de que otra forma de educar, trabajar y vivir es posible… y necesaria.
Gracias por estar aquí.
Gracias por darle la bienvenida.
Gracias por ser parte de este movimiento con alma.
Descárgalo, compártelo, hazlo tuyo.
Y si resuena contigo, siembra la semilla en otros.
Porque cuando uno cambia su forma de aprender, cambia su forma de vivir.
En este episodio hablamos sobre uno de los pilares invisibles de la agilidad: La confianza.
Más allá de tableros, metodologías y frameworks, ser Agile comienza con un acto profundo: confiar en tu proceso, en tu equipo y en ti. ¿Cómo cultivar esa confianza cuando todo alrededor exige control y resultados rápidos? Aquí te comparto una mirada honesta y pausada sobre lo que significa realmente convertirse en Agile.
«El trabajo se acumula y no paran de llegar pendientes.»
«Tengo muchas cosas por hacer, la vida no me da para tanto»
¿Te identificas con alguna de estas afirmaciones? Probablemente.
Estas son por lo menos dos constantes en las verbalizaciones que escucho en las juntas con mis clientes y con mis amig@s. Es como si tod@s siempre estuvieran rebasados con lo que tienen que hacer.
Así que empecemos por preguntar:
Imagen: Becoming Agile
Y mi respuesta sería: Realizar mis actividades profesionales y sentirme bien físicamente.
Partiendo de esa base, analicemos un poco el entorno profesional en el que estás:
Sea cual sea la industria de la que formas parte, cada actividad que realizas va alineada con otras tantas que alguien más ejecuta y así, de forma colaborativa y casi sin sentirlo, estamos creando, brindando servicio a nuestros clientes, produciendo algo… ¡Haciendo magia!
Tu trabajo, esa actividad que desarrollas día con día, forma parte de la suma de las actividades de todos los que integran la organización a la que perteneces y si lo piensas un poco, cuando hay más trabajo, por lo regular significa que hay más ventas, que hay más solicitudes y que a la empresa le está yendo bien. ¡Eso es algo muy bueno!
Espera, sé que por tu mente está pasando una lista de «otras razones» por las que hay más trabajo. Es posible, solo que el objetivo de este post es encontrar otra perspectiva, no justificar las razones por las que estás abrumadx. Así que retomemos:
Si estás full de pendientes, ese es un buen momento para tomarte un tiempo y establecer prioridades que te permitan encontrar equilibrio.
Imagen: Becoming Agile
Dime algo, ¿A qué hora empiezas a trabajar?
Probablemente a las 8:30am y terminas pasadas las 6:00pm y… ¿Te tomas un break de 10 a 15 minutos después de algunas horas de estar trabajando? ¿Respetas tu horario de comida y disfrutas esa hora de comida para aprovechar los alimentos? ¿Te detienes unos minutos cuando estás cansado? o ese es exactamente el momento en el que «te exiges más» para terminar rápido y eso es exactamente lo que no sucede, porque te dan las 9:00pm o más y sigues trabajando.
Si lo que acabo de hacer es describir uno de tus días, evidentemente estás desequilibrado y por lo tanto tu productividad va a la baja. Lo notes o no, lo admitas o no, eso es lo que está pasando.
Entonces, vamos a buscar un punto que te ayude a empezar a equilibrarte mentalmente.
Piensa que ser productivo significa que eres capaz de hacer lo que tienes que hacer en un tiempo promedio, treinta minutos, una hora, dos… todo depende de la tarea que estés realizando.
Que estás clarx y despejadx para resolver las situaciones que se van presentando a lo largo del día y que tienes la energía suficiente para rendir bien tus ocho horas de trabajo. Eventualmente hablaremos de este número de horas, pero no en este post 😉
¿Así que en dónde está el equilibrio? En tus descansos entre una cosa y otra, cinco minutos de estirarte o caminar un poco es fantástico.
El equilibrio está en comer bien, en establecer prioridades y hablar con tu equipo para ir viendo los avances de los proyectos y sobre todo, en que tú seas consciente de que los reportes, las presentaciones y las juntas o lo que sea, cada cosa tiene su tiempo y su espacio.
Eres tú y solo tú quien marca el ritmo de lo que haces cada día y tu equipo se alinea de manera natural contigo.
Recuerda: La vida se conforma de muchos elementos, así que asegúrate de que estás cuidando de ti y detente cuando lo necesites.
Vivimos en un momento donde la velocidad es sinónimo de éxito. Se nos exige hacer más, más rápido y con menos recursos. Pero, ¿ser ágil es realmente vivir / moverse a toda prisa?
Ser ágil no es correr como loc@s sin dirección.
Ser ágil es adaptarse con propósito, optimizar el flujo de trabajo manteniendo presente en todo momento la calidad y el bienestar.
La verdadera agilidad es encontrar el ritmo adecuado, respondiendo al cambio con claridad y enfoque.
¿Cómo ser ágil sin enloquecer? ✅ Menos multitask, ¡más enfoque! → Recuerda priorizar lo verdaderamente esencial. ✅ Iteraciones con sentido → Bloques de trabajo específicos, un paso a la vez, un día a la vez, una tarea a la vez. Mejora continuamente sin sobrecargarte. ✅ Espacios para la reflexión → Detente, revisa el proceso, aprende y ajusta el rumbo.
El mundo jamás se detendrá, quien define su ritmo, sus tiempos, la calidad de la ejecución y sus prioridades eres tú.
La velocidad sin dirección solo te llevará más rápido al agotamiento, así que la clave está en que aprendas a equilibrar acción y pausa, urgencia e intención.